lunes, 25 de octubre de 2010

Manturñuí

En los únicos momentos que es preferible cerrar la boca, no haces otra cosa que hablar.

Iban a cruzar el río nadando, porque en la otra orilla había una especie de corazones de piedra, los cuales les servían, sobre todo a Tifñu, para la fogata del día del manturñuí. La cosa era deslumbrante, como si se incendiara una ciudad entera, una especie de diamante gigante al que era imposible mirar directamente, porque cegaba, como el sol. Era el sol. Manturñuí era el sol. Los corazones de piedra lo alimentaban y lo hacían brillar con mas potencia, aunque ninguna de las mujeres entendía porqué ese fulgor poderoso que los hacia bailar dependía de aquellas piedras extrañas con formas redondas y carnosas, nubes con forma de corazones hermosos, enamorados.
Así que tenían que cruzar el río nadando, porque si, por ritual, porque eran todos ellos gente rara que se apartaba de la sociedad por elección. Tifñu era el mas viejo de todos, el creador de esta especie de tribu. Habían decidido alejarse un día, dejarlo todo, acercarse a la nada, a la naturaleza, acercarse al sol, a Manturñuí, inventar un idioma, una cultura, aunque ficticia (si es que una cultura ficticia existe) ya que ellos, cada uno, tenia ya suya cultura, idioma, religión. Pero eran locos, artistas, poetas, inventores, que se fueron convirtiendo en cazadores, chamanes, artesanos, cantores. El idioma de la tierra, lo llamaban, Manturñuí llamaban al sol (con mayúscula) él era dios (con minúscula) el dios. ¿Pero qué era esta cultura inventada? ¿Somos capaces de inventar una cultura? Fue dificil al principio, el idioma se retovaba, ¿como domesticar las palabras? El lenguaje es algo inmutable, somos en nuestro idioma, pensamos en nuestro idioma, no podemos dejar de pensar en español, somos verbos y adjetivos, actuamos como sujetos que observan un predicado, somos tercera persona neutra y yo yo yo con satisfacción.
Así que, si, siguieron siendo su lengua, aunque quicieran ser "nosotros" y se rompieran el coco por desterrar el yo. Seguian pensando en yo, aunque se mordieran la lengua por no decirlo.

Por lo que concierne al río, cruzaban el río nadando, se sacaban las soqur y braceaban, como locos, hasta prustear a la orilla.
-Este lenguaje maldito. -Pensaba insatisfecho Tifñu. -que no puedo desprendermelo en las conjugaciones.

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La Mentira.. tiene?.. patas cortas.
Lia No era petiza.. era?.. mentirosa.

-Que te pasa nena? estas chorreando.
-Ves que sos un idiota Lorenzo, estoy llorando, ni eso podes respetar? llorando para ver si puedo lavarme un poco el alma.
-Es que no te entiendo, sera que yo me lavo el alma con mate, che..